Como escribir de la nada, cuando nada hay que decir. Interiormente, me he hecho tantas veces esta pregunta, que ya no recuerdo ni su respuesta.
Pero en mis adentros siento que siempre hay algo que decir, oír y escribir. Porque cuando nuestra luz se apaga, en cualquier lugar del mundo hay una vela encendida y probablemente si dejamos que nos alumbre, nuestro camino en la vida será diferente.
Hoy, siendo sincera, os estoy escribiendo de la nada, aunque lo cierto es que tengo mucho que decir. Ayer en la clínica viví una situación inesperada y por eso os escribo de la nada, porque quiero compartir con vosotros parte de los sentimientos de mi alma.
En ocasiones vivimos situaciones efímeras, sensaciones que nos llenan el alma. Y exactamente eso es lo que viví ayer, cuando fui la protagonista de una de ellas. Inmersa entre las paredes blancas de la sala de espera del hospital, mientras observaba unas insinuantes sillas de color roble, sin yo intuirlo, ellas despertaron el pálpito de mi corazón.
Llevaba días bloqueada, sin nada que decir, preguntándome en silencio, ¿dónde están mis ideas? Tenía ganas de escribir y no podía, porque no sabía qué transmitir. Pero algo ocurrió en esa zona de espera, al comtemplar a las personas de mi alrededor. Sentí la necesidad de plasmar mis sentimientos en poesía, mis poemas en realidades ocultas, mis sueños convertidos en historias inacabadas y de repente empecé de nuevo a escribir.
Entre el murmullo de la gente aislé mi mente a un mundo que, tal vez, solo los escritores podemos entender. Ese runrún hasta llegó a parecerme encantador, un cuchicheo que goza de la culpabilidad de convertirme en Autora de varios poemas que algún día leeréis.
Ayer, de nuevo me he sentido feliz de ser escritora. Contenta por no rendirme y no haber dejado de luchar nunca por mi sueño. Vagamente, viaje en el tiempo recordando el día que me enamoré de la literatura. Y recordé aquella tarde, cuando el brillo de mis ojos provocó una sonrisa en mi rostro que jamás se borrará.
Yo, era una niña persiguiendo su sueño con pasión, algo que veía inalcanzable, y que se dio cuenta de que luchando, se puede. Por lo tanto, siempre hay algo que decir.
Actualmente, ser escritora es parte de mi ser, me llena el alma plasmar mis sentimientos en papel, mis sensaciones en novelas y versos unidos en poemas. Esto no es un artículo común, tampoco uno de mis poemas. Simplemente, es un sentimiento que he querido compartir con vosotros.
Impregnada en este despliegue de palabras entrecruzadas, aprovecho para deciros: a mis lectores, amigos, etc. Que luchéis por vuestros sueños, no siempre son imposibles.
“Como escribir de la nada, cuando nada hay que decir”. Abriendo vuestro corazón y escribiendo lo que sentís.