Harvey Ross Ball (1921-2001) fue un diseñador estadounidense al que se le atribuye el mérito de haber hecho el diseño de una popular imagen gráfica de emoticonos, que se convirtió en un icono internacional notable y perdurable.
La tarea que me he propuesto hoy es que, a pesar de los problemas que nos invaden cada día (basta ver un telediario), es fundamental para nuestra estabilidad emocional y también para nuestra salud física, que podamos sonreírnos más de una vez desde que nos levantamos hasta que nos vamos a la cama.
De alguna manera te quiero convencer para que hoy no pierdas la sonrisa, así que te contaré algo que seguramente no sabes: cuando activas los músculos faciales encargados de la risa, tu cerebro libera inmediatamente dopamina y endorfinas, aunque la sonrisa no sea espontánea. Las hormonas de la felicidad son aquellas que, de manera indiscutible, nos hacen sentir bien cuando aumentan sus niveles en nuestro organismo. Las conforman cuatro hormonas diferentes, pero la que es la más importante de todas es la endorfina, pues su tarea principal es hacernos sentir felices. Pero está muy bien acompañada por la oxitocina u hormona del amor; la dopamina, responsable de la motivación y el placer; y la serotonina, que nos ayuda a tener un estado de ánimo tranquilo y relajado.
¿Por qué Harvey Ball creó la cara sonriente?
Fue una compañía de seguros que había estado sometida a una serie de fusiones y adquisiciones, con las dificultades que esto supone para el personal de ambas empresas, empezando por los que siempre terminan siendo despedidos. Entonces, el encargo que le hicieron como profesional del diseño era la de crear un gráfico para levantar la moral entre los empleados de la empresa aseguradora, por lo que Ball se movió rápido y en unos diez minutos terminó el diseño que jamás imaginaría llegaría a ser tan popular como lo es hoy y que enviamos de manera constante por WhatsApp. Lo insólito: cobró por su trabajo 45 dólares. Ten en cuenta que era el año 1963 y que 100 dólares de ese año tendrían hoy un valor de 983,61, o sea que los 45 dólares que cobró Harvey Ball valdrían casi 500 dólares actuales.
¿Quién es el dueño de la cara sonriente?
The Smiley Company es una empresa de licencias de marca, con sede en Londres, Reino Unido que posee los derechos de la cara sonriente en más de 100 países.
¿Qué simboliza una cara sonriente?
La cara sonriente es una representación simple de alegría, paz y optimismo. Pero como ocurre con todo en la vida, especialmente en el ámbito social, los significados cambian porque se adaptan a los nuevos tiempos. Sin duda, ha evolucionado, pero casi siempre es un símbolo de sentimientos y reacciones positivas, a pesar de todas las variaciones que conocemos y que casi de manera automática empleamos en nuestras comunicaciones por WhatsApp y en las redes sociales.
¿Qué ocurre cuando te ríes?
Que tu cerebro se oxigena y tu sistema límbico se activa y con ello facilita las funciones de retención de memoria.
El poder de la sonrisa
La mayoría de la gente desconoce los beneficios que nos depara la sonrisa, por ejemplo, en el plano psicológico que es también de una indudable contribución a nuestra salud. Además, la sonrisa es también una seña de identidad que mostramos a los demás, que nos están percibiendo de determinada manera.
Sonreír es algo que la mayoría de nosotros hacemos todos los días, a menudo sin siquiera darnos cuenta. Y aunque los profesionales de la psicología pueden decirte que este comportamiento suele ser un signo de felicidad, sonreír es mucho más de lo que puedes imaginarte.
Te sientes mejor cuando sonríes
La sonrisa es un auténtico antídoto contra el estrés, porque gracias a ella al mejorar nuestro estado de ánimo se produce una disminución de cortisol y adrenalina, que son las hormonas que condicionan esa sensación, muy desagradable a veces dependiendo de su intensidad, como es el estrés, la angustia y la ansiedad.
También reduce la tensión arterial general. Y debido a que normalmente sonríes cuando estás feliz, los músculos que se usann hacen que tu cerebro produzca más endorfina, por lo que nutre el ciclo de incrementar la satisfacción, el placer de estar, el sentirse bien, todas ellas sensaciones positivas en detrimento de ese estrés negativo que nos limita y a veces no deja fuera de servicio.
¿Es verdad que cuando sonríes te puede significar vivir más?
Según “Harvard Health Publishing” de la Escuela de Medicina de Harvard, el optimismo, que está relacionado con la sonrisa, se asocia con un menor riesgo de muerte prematura por cáncer e infección. Y según un estudio en la revista “Proceedings of the National Academy of Science”, las personas que experimentan niveles más altos de optimismo tienen una vida más larga.
La investigación incluyó datos de dos grandes estudios de población que totalizaron 71.400 personas y encontró que tanto hombres como mujeres optimistas demostraron una longevidad excepcional, es decir, sobrevivieron hasta los 85 años.
Inicialmente, sonreír puede tener diferentes efectos sobre cómo te perciben
Cuando se trata de atracción, generalmente no se tiene en cuenta el gusto. Sin embargo, según un estudio que examinó el atractivo sexual de las personas en función de las expresiones de felicidad, orgullo y vergüenza, los resultados fueron bastante definitivos.
Para los hombres, la felicidad (demostrada al sonreír) fue la expresión de emoción femenina más atractiva; para las mujeres, la felicidad estaba entre las expresiones de emoción masculina menos atractivas. En última instancia, se determinó que distintas expresiones de emoción tienen diferentes efectos sobre el atractivo sexual que varían según el género (pero no según la edad).
No todas las sonrisas son expresiones de felicidad
La psicología ha evidenciado con sus investigaciones que existen al menos 15 tipos diferentes de sonrisas, aunque todas con mensajes diferentes. ¿Qué es lo que quiere significar esto del mensaje? Que cuando sonreímos podemos estar transmitiendo no solo alegría, sino también miedo, vergüenza, miseria e ira, entre otras emociones.
Algunas sonrisas incluso son forzadas, lo que a veces puede producir resultados perjudiciales para una persona. De hecho, un estudio encontró que los profesionales de servicio al cliente que fuerzan una sonrisa para parecer felices frente a los clientes eran más propensos a beber más después del trabajo.
Sonreír no es un comportamiento aprendido
Lo creas o no, en realidad nacemos sonriendo. Con el avance de la tecnología de ultrasonido 3D, los médicos han podido identificar que los bebés en desarrollo sonríen en el útero. Una vez que nace un bebé, siguen sonriendo. Esto es cierto para todos los bebés, independientemente de su cultura y entorno, ya que sonreír es una expresión humana básica y biológicamente uniforme.
Debes creer en el poder de una sonrisa
Una sonrisa es contagiosa, nos conmueve positivamente de la misma manera que el llanto, por ejemplo, de un niño que sufrió una caída y experimenta dolor, nos impacta muy negativamente, porque de alguna manera queremos que ese dolor lo aguantemos nosotros y no una criatura tan pequeña. O sea, la compasión, el dolor compartido y también las sonrisas intercambiadas, son todas ellas emociones muy fuertes que regulan y condicionan nuestra vida.
La sonrisa es un signo universal de felicidad. Para llegar a ser consciente del auténtico valor que tiene la sonrisa, debes pensarla como que es la conexión definitiva entre toda la humanidad. No importa cuán grande o pequeña sea, si una sonrisa es genuina, crea una sensación única e irrepetible en la atmósfera.
De ahí que cuando en una reunión, por ejemplo, en la empresa, que está siendo tensa porque hay un problema que resolver en el equipo comercial, la mejor manera de romper el hielo es que el jefe de una tregua a la gente y muestre una sonrisa que inmediatamente será compartida por los demás. Porque la sonrisa no solo es contagiosa, tiene una fuerza de atracción increíble, como pocas emociones tienen.
Cuando le sonríes a otras personas, no solo les haces sentir que son queridos, aceptados y apreciados, sino que también les das ánimos. Es la típica sonrisa que tú le brindas a tus empelados que les estás exigiendo un esfuerzo para que las ventas se incrementen este mes, por lo que les estás insuflando fuerza, energía y una gran motivación.
En el plano estrictamente personal, cuando sonríes todos los días, es como un recordatorio de tu humanidad. Charlie Chaplin decía y con razón que “un día sin una sonrisa es un día perdido”. Sonreír te ayuda no solo a aliviar la tensión del día, de esa locura a diario que vivimos en los tiempos actuales, cargados de inestabilidad e incertidumbre, sino que nos hace poner el pie en tierra, ya que, al descargar un poco el estrés y la preocupación de todo el trabajo que tenemos que sacar en ese día, nos facilita también ejercer un cierto control sobre lo que hacemos y decimos. Porque estamos acelerados y de alguna manera la sonrisa es como un STOP que nos dice ¡detente un minuto…respira y piensa!
A pesar de esta velocidad a la que estamos acostumbrados a vivir, cuando sonreímos es un recordatorio de que siempre, a pesar de la carga del día, tendremos un cierre de jornada en la que terminaremos la agenda propuesta y que podremos después ir al gimnasio y disfrutar en casa de una película en familia. O sea, ya solo al pensar en ello, a pesar de lo duro que nos esté resultando el día, nos hace esbozar una sonrisa casi sin darnos cuenta. Es algo natural, como que el propio cerebro nos está enviando la señal de “por favor…relájate…que faltan tres horas y podrás disfrutar del resto del día”.
Sonreír para supera el miedo
También es cierto que cuando la ansiedad y los nervios nos invaden, por ejemplo, ante una situación familiar complicada, la sonrisa también ayuda a esas personas con las que nos relacionamos en nuestra más próxima intimidad. Es una muestra de confianza recíproca: la que damos a los nuestros y la que les pedimos también, porque es en esos momentos duros en los que necesitamos sentirnos apoyados. Intercambiar sonrisas es un claro signo de aprobación, de respaldo y de complicidad en el mejor sentido del término.
Es como decirles, sabemos que estamos en un mal momento, por ejemplo, financiero, pero vamos a superarlo pronto. Tenemos que estar unidos. Y la sonrisa, en respuesta a esa circunstancia que pone al núcleo familiar en un nivel de tristeza y preocupación extremo, ayuda a conversar abiertamente y buscar soluciones. Porque transmite unidad, confianza, amor incondicional a la familia y también un mensaje claro de que necesitamos su apoyo para darnos fuerza. A veces, cuando no se pueden pronunciar palabras, todo lo que se necesita para llenar el aire es una sonrisa.
El efecto social de la sonrisa
¿No te ha pasado alguna vez que, en un cine, viendo una película, una persona cerca de ti te ha provocado que te rías y no pares de hacerlo por tener una sonrisa contagiosa?
Entonces, incluso si no nos sentimos mucho más felices de inmediato, al sonreír, es más probable que las personas que nos rodean sonrían, y eso también puede mejorar nuestro estado de ánimo.
Una sonrisa realmente puede tener un gran efecto en nuestras relaciones. Más de la mitad de las personas hacen que la sonrisa sea una de las primeras cosas que las personas notan sobre los demás y una de las características más atractivas que pueden tener las personas.
La sonrisa y el trabajo
Una sonrisa también puede beneficiar nuestra vida profesional. Una sonrisa se ve como amistosa y confiable. ¡Qué duda cabe que una sonrisa se convierta en pieza clave en una entrevista de trabajo! Pero no forzada, sino natural, de manera que los entrevistadores encuentren candidatos mucho más atractivos si ven una sonrisa honesta y espontánea en la cara.
Ahorro de la energía muscular
Realmente es más fácil sonreír ya que se necesitan menos músculos para sonreír que para fruncir el ceño, esto realmente es cierto: 43 para fruncir el ceño y solo 17 para sonreír.