Los senderos de la vida,
de tu mano recorreré.
Aunque tú seas un suicida,
hoy tu muerte evitaré.
Mis dedos bajaron despacio,
tu cuerpo sintió mi piel.
Yacías en la carretera,
mi tez no era de color miel.
Tu dolor no era visible,
solo lo conocía yo.
No solo quería morir tu cuerpo,
tu alma también sollozo.
Un amor que no esperabas,
la luz empezaste a ver.
Humedecí tus labios con los míos,
y deseaste de nuevo florecer.
Desnudé tu ser ante todos,
con mi mirada te hice el amor.
Tu corazón sintió mis latidos,
sintió que no existía rencor.
Los senderos de la vida,
son secretos que esconder.
Gritas curando así esa herida,
amas a una niña sin poder.