Salamanca engancha

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Plaza de Anaya

La ciudad de Salamanca tiene un no sé qué, que qué sé yo.

Atrapa a todo aquel que la visita y la disfruta.

Por sus monumentos, por su historia, por su gente y por la vida que desprende.

Soy salmantina de nacimiento.

Vamos, que soy charra por los cuatro costados.

Y te puedo decir que los años que viví lejos de ella, la eché tanto de menos que acabé volviendo.

Porque Salamanca engancha.

Y mucho.

Es increíble lo orgullosa que me siento cuando se la nombra en mi presencia y escucho decir: ¡¡Pero qué bonita es Salamanca!!

Y es que, Salamanca es la belleza hecha ciudad.

Está llena de vida, gracias a los jóvenes universitarios que la visitan cada año ávidos de conocimiento y diversión.

Cuenta la leyenda que… “todo aquel que vaya a estudiar a Salamanca y encuentre la rana en la fachada de la universidad, tendrá suerte, aprobará sus exámenes y se casará. Y si estaba casado, pedirá un deseo y este se cumplirá”.

Su estilo plateresco, hace que la ranita sea difícil de encontrar.

Pero si el estudiante la encuentra, incluso hoy en día, estoy segura que estudia mucho más confiado solo por haber visto la preciada rana.

¿Y qué me decís del astronauta tallado en la Portada de Ramos o fachada principal de la Catedral Nueva?

Así somos de chulos en Salamanca.

Que no nos basta con tener dos catedrales, la Nueva y la Vieja, sino que tenemos hasta un astronauta tallado en la fachada.

La genial idea fue de Miguel Romero, el cantero que participó en el año 92, en la restauración de la portada y quiso dejar constancia de la era espacial en la que se realizaba dicha restauración con motivo de la exposición “ Las edades del hombre”.

Don Miguel de Unamuno, célebre Rector de la universidad charra y enamorado de la ciudad que le vio morir, le dedicó estos versos:

“Alto soto de torres que al ponerse

tras las encinas que el celaje esmaltan

dora a los rayos de su lumbre el padre

Sol de Castilla;

bosque de piedras que arrancó la historia

a las entrañas de la tierra madre,

remanso de quietud, yo te bendigo,

¡Mi Salamanca!…”

El color dorado de la bonita piedra de Villamayor, con la que están hechos todos los monumentos salmantinos, hacen de la ciudad, un lugar de ensueño cuando el sol se pone.

Dorada, elegante, querida, cuidada y bonita.

Así eres y así te vemos todos los que te amamos.

¿Y qué decir de la Plaza Mayor?

Para mí, la más bonita del mundo.

Es el alma viva de Salamanca.

Todo aquel que la atraviesa y la camina, la disfruta y la admira.

Haciendo buen tiempo, es muy posible que tengas que sortear grupos de jóvenes sentados en el suelo, charlando, riendo o incluso cantando y tocando una guitarra.

Punto de encuentro obligado de propios y extraños, es el reloj de la plaza.

Bajo él, en algún momento de la vida de los charros, hemos quedado con amigos o conocidos.

Y si de casualidad te encuentras en ella en el preciso instante en el que se encienden sus luces, podrás escuchar un “Ohhhh…”  acompañado de algún tímido aplauso, que personalmente me hacen esbozar una sonrisa.

¡Qué orgullo ser de Salamanca!

Hay un palacete, mirando imponente el río Tormes, construido en hierro, piedra y cristal, que recibe el nombre de Casa Lis.

Ubicados en su interior, están los museos de Art Nouveau y Art Decó más hermosos de Europa.

Cuando cae la noche, los focos iluminan la vidriera de colores y la Casa Lis parece ser de caramelo.

Las iglesias de La Clerecía y La Purísima, los conventos de San Esteban y Las Dueñas, La casa de las Conchas, La cueva de Salamanca, el Puente Romano… y cientos de monumentos que salpican Salamanca, hacen que se la conozca como: La Roma chica.

Salamanca ha tenido la suerte de ver nacer y crecer a ilustres personajes.

Desde la bella actriz Charo López, a la escritora Carmen Martín Gaite, ganadora del premio Príncipe de Asturias.

También al cantaor de flamenco y copla Rafael Farina, que entonó sus primeras notas por la bella Salamanca y a Vicente del Bosque, exjugador y exentrenador de la selección española de fútbol, que seguramente dio sus primeras patadas al balón, por entre sus callejuelas.

Y es que, la mires por donde la mires, Salamanca:

Atrapa, seduce, enamora y engancha.

Autor

Escritora, creativa y disfrutona. Me gusta la gente, la buena música y viajar en moto. Mi primera novela publicada “Mi reino en tus ojos” Ed. Libros.com.