Peñaranda de Bracamonte

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Peñaranda de Bracamonte se encuentra situada al nordeste de la provincia de Salamanca, a 39 kilómetros de la capital. Es, tras Béjar, Ciudad Rodrigo, y Santa Marta de Tormes la cuarta localidad en importancia de la provincia salmantina. Su término municipal, con 22,88 km². cuadrados, se extiende en el paisaje propio de las campiñas castellanas situadas al sur del río Duero. Ubicada a 899 metros de altitud sobre el nivel del mar, comparte las condiciones termopluviométricas del clima continental seco: una temperatura media anual próxima a los 12º C. y una oscilación térmica de casi 20º reafirman el contraste estacional entre el estío y el invierno, mientras la precipitación media anual, de 444 mm., junto a la duración media del período vegetativo o libre de heladas, de 205 días, arroja un déficit superior a los 300 mm. Se pueden consultar datos históricos y en tiempo real en la Estación Meteorológica de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.

La población peñarandina asciende actualmente a los 6.800 habitantes, presentando una pirámide de población relativamente joven, con un crecimiento vegetativo superior al 20 por ciento en el período 1975-1981. En la distribución ocupacional de su población activa es prácticamente irrelevante el porcentaje dedicado a la agricultura (4 por ciento), mientras que las actividades industriales y las actividades mercantiles y de servicios mantienen ocupado al 45 y 42 por ciento respectivamente de su población activa.

El territorio

Gran parte de la significación histórica y actual de Peñaranda de Bracamonte está constituida por el hecho de ser la cabecera de una comarca, «La Tierra de Peñaranda», identificada hoy día con el partido judicial creado en la reorganización provincial de 1833. Tierra de Peñaranda ocupa el cuadrante nororiental de la provincia de Salamanca, limitando con Zamora y Valladolid por el norte, con Ávila hacia el este, y con las comarcas salmantinas de La Armuña y Tierra de Alba al oeste y sur.

Los 33 municipios de Tierra de Peñaranda tienen una población en torno a los 24.000 habitantes, de los cuales un 25 por ciento se concentra en el municipio peñarandino. Macotera, Cantalapiedra, Cantalpino, Villar de Gallimazo, Villoria, Villoruela o Babilafuente son algunos de sus núcleos más importantes.

El principal eje de comunicaciones entre Peñaranda y su área comarcal es la carretera N-501, a través de la cual se canalizan los intercambios de bienes y personas y se distribuyen con facilidad toda clase de productos por el área de influencia. La comarcal 601 sirve de conexión y encrucijada para núcleos importantes como Macotera y Cantalapiedra. El ferrocarril, de trazado similar a la N-501, ha perdido hoy día vigor frente al tráfico rodado.

Monumentos y lugares de interés

El casco antiguo de Peñaranda fue declarado, en 1973, Conjunto histórico artístico, en torno a sus tres plazas sucesivas: la de Martínez Soler, la de la Constitución y la de España, separadas estas dos últimas por el antiguo emplazamiento del Palacio de los Condes. Presentan una estructura rectangular muy alargada, flanqueada en sus lados sur y norte por la iglesia y el centro cultural de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez ; los lados este y oeste están porticados y con varias calles abiertas en sus lienzos.

El aspecto de la población en buena medida todavía resulta de los efectos de un suceso ocurrido el 9 de julio de 1939: la explosión de un polvorín situado en Peñaranda. Además de provocar cerca de un centenar de muertos y más de mil quinientos heridos hubo más de mil edificios destruidos. Pese a no haber sido en la Guerra Civil de 1936-1939 un escenario bélico, Peñaranda quedó asimilada a las llamadas regiones devastadas y, como aquellas, hubo de ser reconstruida en gran parte.

Tradiciones

Juego de las mecas. Se celebra el viernes santo. Desde mediados del siglo XX. A las cinco de la tarde. Quien pierde paga una ronda de limonada.

Gastronomía

Sobre el buen comer, tiene Peñaranda merecido prestigio. Y, en este tema, ofrece un brillo propio y preferente el tostón, motivo por el que acuden o paran a comer en Peñaranda numerosas personas, elección que dice mucho de su gusto y apetito. El cochinillo por excelencia es al horno, sin más aditivo que la sal y la manteca, aunque no se ha olvidado, sobre todo en el ámbito familiar, el cochifrito, debiendo estar entonces bien troceado y previamente adobado antes de dorarse en la sartén.

Siendo tierra cerealista, la harina ha constituido la materia prima ideal para una rica y reconocida tradición repostera en Peñaranda. Los dulces peñarandinos, hoy divulgados a través de su producción industrial y de los obradores extendidos por la provincia, siguen en la mesa cotidiana al son del calendario festivo es estacional: las flores y los huesillos, en Carnavales; los bartolillos, en Cuaresma; los buñuelos de viento y los huesillos de santo, por Todos los Santos; y las rosquillas de anís, en toda época.

Personajes ilustres

  • Gaspar de Bracamonte Guzmán, III Conde de Bracamonte.
  • Excma. Sra. Dña. Elisa Muñoz Rodríguez, viuda de Montalvo. Gran benefactora de la ciudad y responsable de la creación del Hospital-Asilo del Sagrado Corazón de Jesús y del Patriarca San José, a través del Patronato de su Fundación ‘Elisa Muñoz Rodríguez’.
  • Antonio Hernández, actor, director y guionista de cine (1953).
  • Luis García, ex-jugador del Atlético de Madrid, Mallorca, Salamanca, Tenerife y de la selección española absoluta.
  • Wences Moreno, ventrílocuo de fama internacional.
  • Martín Ángel Martín, inventor español.

El mercado semanal

No cabe duda de que la ubicación de Peñaranda, en un cruce de caminos en el que confluían los arrieros y mercaderes que viajaban de Zamora y Salamanca hacia Ávila y Madrid, tuvo mucho que ver con su vocación mercantil. También influyó de manera notable el tránsito de millones de cabezas de ganado que recorrían de norte a
sur la Cañada Real de las Merinas extremeñas.

Las idas y venidas de unos y el encuentro de otros propiciaban tanto el intercambio de géneros y noticias que la localidad acabó por convertirse en un lugar más que ideal para el mercadeo. Mucho más desde que Juan I concedió licencia a finales del siglo XIV para celebrar un mercado semanal que, desde entonces hasta hoy, sigue abarrotando cada jueves sus plazas.

Como villa señorial que era, el monopolio de la explotación de los mercados pertenecía a los señores. Al ser dueños de los pesos y medidas que se usaban, estos recibían también una buena parte de los beneficios de la compra-venta que tenía lugar en el mercado. El éxito constante de esta actividad y la necesidad de más y más espacio para acogerla y organizarla son las causas de que Peñaranda se acabara configurando en torno a sus tres plazas.

Autor

Equipo de redacción de NOTICIAS Salamanca. Tu diario online. Actualizado las 24 horas del día. Las últimas noticias y novedades de Salamanca y provincia.